¿Qué tiene de especial el Big Data?
Tratar gran cantidad de datos es algo que desde siempre se ha hecho en informática, entonces… ¿Qué tiene Big Data que lo haga diferente a todo lo anterior? ¿Un simple aumento de tamaño puede provocar un cambio tan importante? ¿Y ese cambio tecnológico, además, implica consideraciones éticas de importancia? Pues sí, el tamaño importa, y mucho, y las consecuencias que tiene tener más información y poder tratarla con más velocidad son importantísimas.
El uso de Big Data permite a los investigadores descubrir cosas en los datos que, utilizando los medios de almacenamiento y análisis anteriores, hubieran necesitado invertir muchísimo más tiempo para encontrarlas. Además, el aumento de la información procesada permite descubrir patrones que, utilizando un menor número de muestras, hubieran pasado desapercibidos. Esto tiene, por lo tanto, importantes consideraciones éticas.
Pongamos un ejemplo: supongamos que una persona tiene una determinada enfermedad y no quiere que eso se sepa. Aparte de mantenerlo en secreto en su vida personal, tiene que tener muy en cuenta de en dónde está esa información guardada, para no permitir que se divulgue (ficheros sanitarios, informes, expedientes, etc.). Controlando ambas cosas, el secreto permanece, en principio, a salvo. Si mediante Big Data podemos llegar a saber dicho dato de esa persona sin acceder ni a sus pensamientos ni a los contenedores de información donde ese dato está guardado, de alguna manera nos estamos saltando el derecho a la privacidad que tienen las personas en lo que respecta a su salud. Es decir, estaríamos utilizando la técnica Big Data para, sin ninguna consideración por nuestra parte, acceder a una información que ni ética ni legalmente nos está permitido conocer.